
Jesús no quiere que nos reconozcan como cristianos por ser fieles a la ortodoxia, por cumplir con formas rituales o por ser grandiosos teólogos, capaces de hablar mucho del misterio de Dios. Todo eso puede hacer mucho bien, pero no es el fin. Jesús quiere que seamos reconocidos por nuestra capacidad de amarnos entre nosotros. Quiere que nos reconozcan porque somos comunidades capaces de vivir según su Espírtu, procurando el bien unos de otros.
El evangelista Juan nos comparte que Jesús, durante la última cena, habla de su glorificación (Jn 13,31-33). Una glorificación que pasa por su dolorosa pasión, pero que se da en la resurrección y en su ascención, sentándose a la diestra de Dios Padre.
Nosotros, a diferencia de Jesús, no podemos compartir su misma gloria. Nuestra naturaleza no es divina, no somos Dios, pero sí podemos participar de la gloria de Dios en la medida en la que hacemos lo que él nos manda: practicar el amor fraterno. Esa es la verdadera vida del hombre. Bien decía San Ireneo que "la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visión de Dios". La gloria de Dios consiste en que nosotros vivamos en comunión con él, Bien eterno, amor incondicional.
Amar, hacer el bien, es de algún modo, participar anticipadamente de la gloria de Dios. Al contrario, la negación del amor y de todos sus frtuos es, de alguna manera, condenación y muerte. Quien ama ha conocido a Dios y quien no ama a su hermano y dice amar a Dios es un mentiroso (1Jn 4,20). Es en este mandamiento del amor en el cual se resumen todos los mandatos de la antigua alianza y de los profetas (Lc 10,27). Bien decía San Agustín: Ama y haz lo que quieras, refiriéndose a que quien ama, quien busca el bien de la persona amada, no peca. Es como aquél buen samaritano que fue capaz de hacer lo que había que hacer y fue verdadero prójimo, superando los esquemas mentales de un sacerdote o de un levita, supuestamente mejores a los ojos de Dios según el código religioso de su época.
Que el Señor resucitado nos conceda la gracia de aprender a vivir con esa libertad de espíritu que da el verdadero amor.
CANTOS RELACIONADOS
Temas: Amor al prójimo, Servicio
Sobre el Evangelio
El Mandamiento Nuevo - Javier Brú (Venezuela)
Os Doy un Mandamiento Nuevo - Pedro Martins (España)
Os Doy un Mandato Nuevo - Cantalapiedra (España)
Os Doy un Mandato Nuevo - Francisco Palazón (Espáña)
Un Mandamiento Nuevo - Eduardo De Zayas, SJ
Un Mandamiento Nuevo - Dominic McAller /Antonio Alcalde (España)
El Mandato Del Señor - Javier Brú (Venezuela)
Amaos - Kairoi (España)
Cena Pascual - Perla Moré & Rogelio Zelada (Cuba)
Sobre la Primera Carta a los Corintios
Si Me Falta El Amor - Francisco Palazón (España)
Si Yo No Tengo Amor - Tradicional
Dame Un Corazón - Miguel Matos, SJ (Venezuela)
Sobre el Amor Cristiano en General
Al Atardecer De La Vida - Cesáreo Gabaraín (España)
Ama sin Cansarte - Ars Nova (España)
Amar es Entregarse - Cesáreo Gabaráin (España)
Amémonos de Corazón - Joseph Abell
Amor es Vida - Martín Verde Barajas (España)
Cristo te Necesita - Cesáreo Gabaraín (España)
Danos un Corazón - José A. Espinosa (España)
Donde hay Amor allí está Dios - Ricardo Cantalapiedra (España)
El Amor es Nuestro Canto - Kairoi (España)
El Amor nos Unió – Caros Rosas (México)
Donde Hay Caridad Y Amor - Joaquin Madurga (España)
La Fuerza Escondida - Cesáreo Gabaraín (España)
Lo Importante es Amar - José Sánchez López
Ubi Caritas - Bob Hurd (Eeuu) & Pedro Rubalcava (México)
Unidos Todos - Rogelio Zelada (Cuba)
Solo el Amor - Iglesia Pentecostal / Cesáreo Gabaraín (España)
Comments