Cerca del downtown de Miami, en el sector conocido como es Edgewater, se encuentra la Misión San Francisco y Santa Clara, de la parroquia Corpus Christi. La Misión está dedicada a los dos santos que reconstruyeron la Iglesia de Cristo con sus respectivos carismas, y cuyas devociones se han propagado en todos los paises centroamericanos, de donde proviene la mayoría de los miembros de la Misión.

 

          El 1ro de Noviembre de 1997, el arzobispo de Miami Juan Clemente Favalora, acompañado de los Obispos Gilberto Fernández y Monseñor Agustín Román, consagro la Iglesia y el Altar de San Francisco y Santa Clara. Elmer Romero, coordinador de la Misión, durante la bienvenida dijo “ Somos la tercera misión en la que llegamos al sector en un mes de Septiembre de 1990, cuando un pequeño grupo conformado por Cesar y Fidelina Mendía, Vicky Salas, Eloisa Hernández, María Sánchez y Alicia Castillo, llegaron como misioneros a evangelizar e invitar a todos en el barrio para el comienzo de esta misión.”

 

          El barrio donde esta ubicada La misión de San Francisco y Santa Clara, era un barrio conocido por ser el punto de la droga y la prostitución, muchas de las casas eran lugares de rehabilitación. Cómo recuerda el Padre Pedro Corces, “el sector era el punto de heroina y Crack.” Otros afirmaban que era al barrio de edgewater no se podia entrar ya que las personas podían ser asaltadas, pero también había una preocupación y es que había gente de este sector que no podia trasladarse hasta las demás Misiones por falta de trasporte.

 

          A pesar de todos los inconvenientes, se abrió la misión en un local de la 27, en la zona de Edgewater debajo de una rampa del parqueo, que un buen Católico arrendo. Así, el 2 de Septiembre de 1990, comenzó la primera misa con 12 personas. El objetivo era tocar puerta por puerta a todos los residentes del barrio para compartir el amor por Cristo. En muy corto tiempo, la parroquia de mayoría centroamericana, creció con 80 personas y para 1997 ya eran mas de 150 personas. También tenían niños en catequesis, grupo de oración, clases de Biblia, misas al estilo Taizé, viacrucis en semana santa y las celebraciones respectivas de sus patronos.

 

          Los Cimientos de la Misión se levantaron sobre pequeñas piedras que trajeron algunos de Egipto y Tierra Santa el 14 de Abril de 1996. El monseñor Agustín Román puso la primera piedra y dijo que “todos pusiéramos una piedra con nuestros nombres,” de las cuales algunas todavía siguen en el estacionamiento de la Misión. A su vez, el Padre José Luis tubo la ayuda de Pepe Álvarez quien fue el mas grande benefactor de la Misión. Un día el Sr. Álvarez dijo estas Palabras “ gracias por su ayuda pero recuerden, nada es imposible en esta vida, lo único imposible para mi fue resucitar a mi abuela.”

 

          Pepe Álvarez relata que paso el tiempo y un día en la escuela el padre José Luis le dijo que tenia una sorpresa. El recuerda que en medio de un canto de villancicos y delante de todo el mundo el padre José Luis se dirigió a Pepe con estas palabras “hable con nuestro Señor y me dijo: dile a Pepe que haga esta iglesia a nombre de su abuela y ella vivirá por siempre.” Pepe Álvarez cuenta que recibió en sus manos una libreta de deposito de una cuenta bancaria, un plano y dos títulos de propiedad. Así Pepe Álvarez busco con sus amigos construir una Iglesia inspirada en una iglesia franciscana en Costa Rica.

La inversión fue de unos $700.000 y así se pudo construir la Misión, impulsado por el cariño que Pepe Álvarez le tenia a su abuela de nombre Clara.

 

          Ahora, los esfuerzos, logros y el posicionamiento en el sector han llevado a esta misión a ir a la par del progreso y la evolución del nuevo barrio, que ha sido considerado por algunos como la “nueva Brickell.” La misión de San Francisco y Santa Clara desde su fundación llego a engalanar el barrio de Edgewater siendo este famoso por la negligencia, el abandono, la adición, y la prostitución. Hoy, la iglesia blanca de estilo colonial Española sigue firme ante la mirada de edificios que la rodean, junto con la llegada de ejecutivos, jóvenes, turistas y un gran numero de personas provenientes de Suramérica que viven en el área y son parte de nuestra misión.